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miércoles, 5 de agosto de 2009

Lo bueno, lo feo y lo malo.

No hace falta que pongáis música de Morricone para leer esta entrada, pero dado que es un compositor excelente, no está de más si así lo hacéis.

Para ir de peor a mejor, quizá debería empezar por lo malo:
Lo MALO es que con cada nuevo día que pasa mi ánimo no parece mejorar mucho, sino más bien lo contrario. Lo cierto es que todos los días me pregunto qué hago yo aquí, y qué necesidad tengo de apartarme de Laura, de Gizmo y de la gente que me rodeaba tanto en Galicia como en Madrid.

La verdad es que tendría que buscar bastante para describiros algo FEO. Todos los días me tiro 45 minutos en el tren de cercanías para ir desde el piso de Tobias hasta la Escuela de Idiomas de Esslingen, y el paisaje que veo es precioso, al menos para quien le gusten los árboles y los paisajes verdes como a mí.
Quizá lo más feo que me ha sucedido ha tenido relación con un trabajo. Ayer trabajé en un Restaurante cerca de conde vivo. Curré 5 horas a un ritmo bastante elevado, ocupándome de unas 30 mesas, para que al final el tío (griego), no me de ni las propinas porque dice que de la billetera faltan 10 euros, aunque esa billetera a pasado por 4 manos distintas. En fin, que no me hizo ninguna gracia. El viernes vuelvo a trabajar en ese sitio (aunque me lo estoy pensando seriamente). Lo más angustiante al principio era intentar descifrar lo que me pedía la gente. En España nos creemos los reyes de la hostelería, pero estos germanos lo tienen todo a la perfección. Restaurante, bar, cafetería, cocktelería. Todo en uno. Increíble, te puedes pedir un "frappé", con un Mai-Tai después de comer filetes de cerdo, pizza, ensalada, e incluso carnes al grill.

Lo BUENO, que lo hay, es la alegría con la que voy por las mañanas al curso de alemán. La verdad es que para aprender el idioma a pasos de gigante no hay como ir al lugar de origen. Cada día lo noto más. Y no sólo el alemán, porque con los compañeros de curso muchas veces terminamos hablando en inglés para conseguir entendernos al salir del curso. (So I improve my english too!). Los compañeros fenomenal. Todos tienen algo de relación con Stuttgart, vamos, que tienen aquí a la novia o al marido (cosa que yo no). Y sobre todo, la gente que me está ayudando aquí desde antes de llegar, y que aún lo hace y se preocupa. Empezando por Carmen, Tobías, Bine y David, y los que participaron en el proyecto de Tandem, que los conocí personalmente el pasado lunes.

El viernes voy a mi entrevista en la Arbeitsagentur (el Inem de aquí).
Ya os contaré.
Hasta la próxima.
Ayer tuve mi primera piedra de fuego con un trabajo. Y no resultó excesivamente bien.

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