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jueves, 22 de noviembre de 2012

Nunca un madrugón mereció tanto la pena.

Esta entrada es la mejor continuación posible sobre mi entrada anterior, en la que os contaba mis primeras entrevistas de trabajo, entre las que destacaban la de UPS y la más que posible confirmación para trabajar en un restaurante argentino.

Para empezar por el principio debo irme al final, pues el lunes estuve en el restaurante argentino para darles mi número de "Lohnsteuerkarte", que es con lo que pagas aquí los impuestos. Me confirmaron la contratación, si bien el contrato figurará como "Mini-job", pero voy a trabajar unas 25 horas semanales. Aún es algo que tengo que preguntar bien, pues supuestamente en un mini-job solo puedes trabajar un máximo de 15 horas semanales, pero no lo sé seguro. Lo hablaré con ellas. El caso es que me confirmaron que me contrataban. El día 1 de diciembre se hará una inauguración para conocidos de los dueños, y será mi primer día de trabajo, y oficialmente se abre el sábado siguiente, 8 de diciembre. Es nombre del restaurante, si os sucede como a mí, os resultará curioso; se va a llamar "Chiquilín".

Y para finalizar me voy al principio. Esta mañana, bien tempranito a las 5 de la mañana he tenido mi hora de prueba para trabajar en UPS. He estado media hora en la carga de los furgones de reparto, comprendiendo el sistema de reparto y colocación de la mercancía según los códigos que se les ponen a las distintas calles y con ello el orden y la posición que ocupan en las distintas estanterías del furgón. No es ni mucho menos complicado, cualquiera puede hacerlo, pero sí requiere de cierta atención y observación de algunas cosas, como dar a un "ticker" por cada caja que se pone, siempre y cuando no pertenezca a la misma calle y número. La otra media hora requiere de mucha menos concentración, pero el trabajo físico se multiplica: es la descarga de los remolques de UPS que traen la mercancía. Y no se hace por palets, son todo cajas sueltas que hay que descargar a mano. La sudada ha sido considerable.
Tras poco más de una hora de trabajo, la encargada de hacerme la prueba ha estado hablando conmigo, haciéndome alguna que otra pregunta y por resumir, que lo había hecho bien, pero que aún tenían dos días más en los que iban a probar a más gente y que a partir del martes me llamarían.
Tras regresar a casa y darme una más que necesaria ducha, el día ha transcurrido como otro cualquiera. Curso de alemán y para casa.

Eran algo más de las 3 de la tarde cuando estaba hablando con Laura por Skype y de repente ha sonado mi móvil. "Espera, que no se quién es, no cuelgues" le dije a mi niña. Y sí, eran de UPS y me decían que si estaba interesado en trabajar para ellos, podía firmar el contrato el lunes para empezar ya este martes día 27. Ni siquiera habían esperado a hacer las otras pruebas (si es que las había realmente). El caso es que tenía trabajo en UPS y me temblaban las piernas. Laura me dijo: "sabía que eran ellos". Mi brujita.
Al igual que me sucedió cuando me confirmaron que podía alquilar la casa en la que vivo, de repente sentí como una gran tensión acumuluada se escapaba por cada uno de mis poros. Y así llevo toda la tarde, en un estado de pequeña euforia al ver que de momento he sido capaz de dar el primer paso; el que marca lo que espero sea un buen comienzo.

Continuará...., pues no ha hecho más que empezar.

Se me permitides escribir un pouquiño en galego, só quería decirlle ao meu pequeno bicho, (que xa non está tan pequeno) que "non te preocupes, porque verémonos o máis cedo que poida, e que véxote en fotos que teño gardadas no méu móvil (aínda que seguro que xa medraches e cambiaches moito). Moitos bicos e coida moito do Artai dende o primeiro día que o vexas, ok?"

domingo, 18 de noviembre de 2012

De oído duro y un día bueno.

Hay días en los que todo sale bien, de principio a fin; días que desearías que nunca terminaran, pero que en el fondo sabes que ese tipo de días son los que marcan el límite de la diferencia entre "bueno y malo". Es decir, para que tengas esa sensación de "día bueno", ha tenido que haber "días malos" y viceversa. Resumiendo: el miércoles 14 de noviembre fue un buen día.

Todo comenzaba bien cuando las dos pequeñas redacciones que tenía como deberes en el curso de alemán estaban perfectas. Sin fallos, lo cual me extrañó y alegró a partes iguales. Sin errores en la declinación de los adjetivos ni en las terminaciones de los pronombres, mi talón de aquiles en la gramática alemana.

Tras el curso de alemán comenzaba la parte tensa: tenía una entrevista en una empresa de colocación (parecido a una ett) y después en UPS para un trabajo de 3 horas al día en la carga y descarga de los camiones. Una vez más mi entendimiento del idioma me iba a poner a prueba.

La primera entrevista salió bien. La chica que me entrevistó era bastante simpática y pese a algunas dificultades para enterarme bien de todas las cosas, la mayoría del tiempo era yo quien hablaba, por lo que la cosa no estuvo tan mal. Por la tarde me tocaba la de UPS, a la que iba algo más presionado pues era una oferta real, no una presentación. Es decir, de esa entrevista podía salir un trabajo (aunque fuera 3 horas al día), lo cual me generaba algo más de tensión pues quería causar una impresión favorable con el idioma.

Tras decepcionarme un poco las instalaciones de UPS, al menos la entrada que tienen para clientes, el tipo que me iba a hacer la entrevista se presentó y durante unos 10 minutos estuve cubriendo una solicitud con mis datos. Había algunos puntos que no entendía y decidí dejarlo en blanco y no tener miedo de decírselo y preguntar después. Durante la entrevista me pareció enterarme de bastantes cosas, aunque la verdad es que el entrevistador no hablaba precisamente despacio. No hay como preguntar o como repetir después lo que has entendido y darte cuenta que te has equivocado y que te lo expliquen de nuevo, aunque eso generara en mí una cierta sensación de "no me van a dar el curro".
Pero como ese día era el "día bueno", me ofrecieron hacer una prueba este próximo jueves 22. Iré a trabajar (a las 5 de la mañana) y como me dijeron: "en una hora nos es suficiente para saber si eres válido para el trabajo o no". Espero serlo, pues las condiciones están bastante bien para ser simplemente 3 horas diarias (o al menos eso me pareció entender).
Y con esa sensación de haber conseguido una prueba para un trabajo, y ser capaz de pasar una primera entrevista en la que presentarme acabó un día bueno.

Obviamente el resto de días no han sido así, pero en uno de estos días (llamémoslos "normales"), tuve una excelente noticia: el jueves me llamaron de un restaurante argentino que van a abrir en Stuttgart a principios de diciembre y me dijeron que me aceptan para currar de camarero. Es un mini-job, pero yo prefiero verlo como un comienzo.

Os contaré como se va desarrollando todo ésto.

(La banda sonora que me ha acompañado al escribir esta entrada ha sido un compendio de canciones de distintos grupos, como Skunk Anansie, Slipknot, Lamb of God, Audioslave, Korn, Tool, A Perfect Circle y System of a Down. Como véis, la música de calidad no puede faltarme)

sábado, 27 de octubre de 2012

Suzanne (y nieve en octubre)


Bien, llevo ya casi dos semanas en la casa en la que vivo, y creo que ha llegado el momento de hablaros de Suzanne.

Cuando vine a ver por primera vez esta casa, los dueños me dijeron que los sábados no podía aparcar en la plaza de garaje (es exterior, en la calle, pero pertenece a la casa). El motivo: todos los sábados por la mañana hasta bien entrada la tarde una señora llamada Suzanne pone un puesto en el que vende un montón de productos biológicos (sí, "bio"), y me ocupa desde algo más de la puerta de entrada a la casa hasta un callejón tras la plaza de garaje. Es decir, cuando saliera de casa los sábados tenía que pasar obligatoriamente por en medio de las mesas en las que expone y vende sus productos y tendría que aparcar los viernes el coche en la calle, pues también me tapa la salida de la plaza de garaje.

La cosa no terminaba ahí. "Suzanne tiene copia de la llave de entrada a casa, y además siempre le dejamos usar el baño y la cocina, pues muchas veces lo necesita, con lo que igual los sábados no dispones de una total intimidad en la casa", me dijeron. Ese viernes conocí a Suzanne, pues vino a la casa para dejar algunas cosas que iba a vender al día siguiente. Suzanne es una agricultora de algo mediados los 50 años y que me habla en inglés, lo cual me resultó algo sorprendente y educado a la vez.
El primer sábado, como el resto de días de la semana, dejé cerrada con llave la puerta que da acceso al interior de la casa, con lo que Suzanne y dos mujeres más que trabajan con ella no pudieron entrar en la casa a usar el baño ni la cocina hasta mediodía, que salí a saludarlas y me lo comentaron. La verdad es que no caí en la cuenta. El sentimiento de vergüenza fue bastante grande, y mis disculpas, múltiples.
Fue entonces cuando Suzanne me dijo que esperara un momento, y comenzó a meter en una bolsa manzanas, tomates, una lechuga, pepinos, rúcula y uvas y me dio la bolsa; "son para tí". "Gracias", le dije aún más avergonzado, "¿pero cuánto le debo?, se lo quiero pagar". El caso es que no me dejó pagar nada, y durante esta semana he estado comiendo unas ensaladas riquísimas y unas manzanas que realmente saben a manzana.

Anoche recordé no cerrar la puerta de entrada a la casa, para que hoy pudieran entrar Suzanne y sus compañeras a la cocina y el baño. Me he levantado temprano y mi cara se ha desperezado de la sorpresa al ver que los meteorólogos alemanes habían dado en el clavo: ¡¡está nevando!!. Finales de octubre y la primera nevada del año irrumpe en el paisaje tan solo dos días después de disfrutar de un pequeño verano con temperaturas de más de 20 grados.

Pero volvamos a Suzanne. Tenía que ir a Ikea a cambiar un edredón que compré para mi cama nueva, y a las 10 de la mañana salía de casa en plena nevada y saludando a Suzanne y sus compañeras. Para qué negarlo, hacía frío y ellas están en plena calle resguardadas por toldos y una pequeña estufa para calentarse las manos alimentada por una bombona de butano. Nada más salir de casa Suzanne ya hizo amago de ofrecerme algo de sus productos, de los cuales aún tengo remanente desde la semana pasada, pero antes de que pudiera decir nada le dije que hoy iba a comprarle huevos y fruta, y que volvía en un par de horas.

Realmente fueron 3 horas y al llegar Suzanne se me adelantó y un par de metros antes de llegar a la puerta me dijo: "esa bolsa es para tí". Entré a casa, dejé la bolsa de Ikea con el edredón y salí dispuesto a comprar huevos y algo de fruta, advirtiéndoselo a Suzanne al salir de nuevo a la calle. "Hoy vengo de cliente".
Compré una decena de huevos, una bolsa de manzanas y una cajita de cartón con 5 peras cada una de ellas del tamaño de mi mano. Suzanne me cobró 6 euros, y le hice el truco de pagarle con un billete de 10 y no aceptarle los 4 euros de vuelta. La tazón: en la bolsa había todo lo que véis en la foto. Además al ir a entrar de nuevo a casa me pregunta: "¿mañana viene tu mujer, verdad?, -"el miércoles", le digo, y me regala un ramo de flores espectacular, el cual también podéis ver en la foto.

Si os preguntáis por la invasión de mi intimidad de la que me advirtieron los propietarios, la verdad es que de momento no ha habido ninguna, pues siempre que entra en casa me llama y nunca entra al salón o a la habitación.
Suzanne y yo llevamos solo dos sábados de convivencia, y la verdad, esta mujer es adorable.

sábado, 20 de octubre de 2012

De amistades y coincidencias salvadoras.

La segunda semana comenzó con el curso de alemán, innumerables correos en búsqueda de vivienda y una esperanzadora llamada de Diana, diciéndome que sus vecinos podrían estar interesados en alquilar la casa, pero que querían conocerme primero, la cita era el miércoles 10. Por fortuna Diana pudo acompañarme para templar un poco mis nerios y así poderme entender mejor con la señora, muy simpática por cierto.

La casa es inmensa, 4 dormitorios (de los cuales le digo que solo me haría falta uno), un salón, la cocina, el baño y el aseo (en Alemania casi siempre están separados). Es muy antigua y no tiene calefacción sino un horno alimentado por leña y carbón en la cocina, que da calor también a dos habitaciones. Tiene al menos dos plantas más arriba, las cuales no me enseñan (ni yo pregunto por ellas), pero sí me enseñan un sótano que me recuerda enormemente a la bodega de mis abuelos en Tomellosa. Aquí guardan la leña, el carbón, manzanas, cebollas, patatas, calabazas..., en una habitación de la bodega está también la lavadora y además tienen la saluda a un jardín-huerto de unos 4000m2.
En esta casa vivió la madre de esta señora, hasta que murió hace unos meses. Al año que viene la van a vender. Al parecer les caigo bien y me dice que por ella no hay problema pero que también tiene que decidirlo su hermana y que si no me importa volver el viernes a la misma hora. Visto lo visto, y pese a que sigo buscando alojamiento, es obvio que no me importa.

La búsqueda mientras tanto seguía siendo infructuosa. Para ver una habitación en el centro de Stuttgart nos llegamos a juntar a la misma hora 17 personas, todos mis competidores son universitarios alemanes. Voy a ver una habotación en la que la chica se va y mi compañero sería un turco de unos 25 años, la mar de raro (me preguntó hasta 7 veces mi nombre), yo creo que la chavala se iba por on aguantarlo más. Tampoco tenía pinta de ser el más limpio de los seres humanos.

El caso es que llega el viernes y me presento yo solo de nuevo en la casa de los Günther (así se apellida la familia que me alquila la casa). Allí está media familia, su hermana, su marido, su hija y dos críos pequeños. Al verlos a todos me sentí como si me fueran a someter a un tercer grado, pero la verdad es que todos eran muy majetes y simplemente estaban allí para conocerme y confirmarme que podía alquilar la casa. Además como les dije que me tenía que mudar el día 15 (estábamos a viernes 12), estaban todos allí para llevarse recuerdos y cosas de su madre, la señora que vivía alli. Por tanto... tenía casa!!! Recuerdo poner en Facebook que dicen que cuando mueres pesas 21 gramos menos, y que ese dbe ser el peso del alma. Yo no me morí, pero el hecho de que terminara la tesión por la búsqueda de vivienda hizo que me sintoera como si me hubieran quitado una losa de 21 kilos de la espalda.
Por cierto, como suele pasar siempre, o no tienes nada o tienes que decidir. Algo menos de una hora después de confirmar que me alquilaban la casa, me llama la chica que se iba del piso del turco diciendo que si quiero la habitación la puedo alquilar. "Lo siento, pero dile a tu ex-compañero de piso que ya tengo casa".

El domingo 14 traje las maletas (ya me habían dado la llave el viernes anterior) y el lunes 15 al salir del curso ya vine directamente a la casa, firmé el contrato y desde que soy oficialmente inquilino lo que he hecho ha sido limpiar un poco, ir al curso, pasar un par de días griposo, estrenar la casa con unos amigos y tortilla de patata (la foto está en Facebook) y comenzar a preparar las cosas para el próximo paso: la búsqueda de curro.

Ya os iré contando...


La banda sonora que me acompañaba al escribir esta entrada ha sido nuevamente "Audioslave" y su disco homónimo. Insisto: discazo.

1ª Semana: La peor fecha para venir a vivir.

"Los comienzos siempre son complicados", palabras textuales de mi Txaxte. Es la enésima vez que intento algo nuevo o distinto en mi vida, la tercera vez que cambio de ciudad y de modo de vida. Nadie dijo que fuera a ser fácil y desde luego los primeros 10 días aquí no es que no lo fueran, sino que se tornaron bastante estresantes por no decir desesperantes.

La desesperación vino invitada por la mala suerte y la fecha de llegada. Llego aquí el 1 de octubre, en plena Cannstatter Volksfest (la 2ª feria más importante de Alemania tras el Oktoberfest) y acaban de dar los destinos de las plazas para las universidades, que este año han duplicado las plazas, lo cual significa doble de alumnos buscando habitación en piso compartido y/o apartamento al mismo tiempo que yo. Ellos tienen el idioma y 10 o 15 años menos, lo cual es una ventaja a la hora de buscar donde vivir. Yo lo tengo casi todo en contra: extranjero, chapurreando el idioma y en paro. La cosa no pinta bien. "Has elegido la peor fecha para buscar vivienda" me dice todo el mundo. "Si hubieras venido en cualquier mes que no sea octubre o noviembre seguro que no lo hubieras tenido tan complicado".
Al menos para apuntarme al curso no he tenido problema, mi amiga Carmen Person, que es profesora de español y alemán me lo ha puesto todo en bandeja.

Tirando de amiguetes de por aquí iban apareciendo más opciones para vivir, si bien todas terminaban en nada, inlcuyendo un italiano "piratilla" que me iba a alquilar una habitación con cocina y baño compartidos por 450€, pero que cuando está hablando conmigo le llama otra persona, el italiano le pide 500€, esta persona acepta y entonces el italiano me dice que se la acaban de reservar por teléfono y que si quiero a partir del día 1 de noviembre me la puede alquilar a mí. También hubo 3 intentos de timos con alquiler de apartamentos. De todo ello te advierten en las webs de alquiler de habitaciones, pero vaya, cualquiera con dos dedos de frente se da cuenta del intento de timo.

La buena suerte vino acompañada de la coincidencia y de la ayuda de estos amigos que tanto me están ayudando aquí. Al volver de ver el apartamento del italiano piratilla me quedé a cenar en casa de unos amigos que me acompañaron, y en su casa estuvimos mirando algunas webs de periódicos y de anuncios más. Diana y Pjotrek (estos amigos) se percataron de una habitación en un piso compartido en Esslingen, en la misma calle donde viven ellos, y cuando miraron en Google Maps la localización exacta de la vivienda la reacción de Diana fue: "¡¡pero la casa de enfrente es de mis vecinos y está vacía!!, ya no me acordaba, pero si quieres les puedo preguntar, porque nadie vive en esa casa y quizá te la puedan alquilar". Obviamente le dije que "por supuesto" y que se lo agradecía enormemente. Aún así seguiría en la infructuosa búsqueda de vivienda. Tenía que salir de la pensión en la que estaba, sin cocina y con un baño compartido con gente más propia del género porcino que del humano, el lunes 15 de octubre, y tras la primera semana seguía sin tener lugar donde poder quedarme.  (Continuará).

La banda sonora que me ha acompañado en la escritura de esta entrada ha sido "Audioslave", con el disco homónimo. Tremendo discazo.

viernes, 13 de julio de 2012

Las alas que me guardan.

Hay veces que lo que quieres expresar lo ha hecho alguien mejor que tú, de una manera más bella especialmente si es con la emoción con la que alguien escribe y dedica una canción a su madre. Hoy adapto para tí las palabras de un tema impresionante, lleno de dolor y rabia, pero también de amor y liberación. Espero que te guste este pequeño regalo en tu 90 cumpleaños.


Tú creíste...
Tú creíste en hechos que nadie podía ver.
Tú creíste en mí.

Un espíritu apasionado,
comprometido,
Ilimitado y abierto.
Una luz en tus ojos...
En ese momento inmovilizada.

Ausente...
Rota...
Caíste en manos de aquello que yo no quería ver
Y sin embargo fuiste tú la que rezaste por mí.
Así que, ¿qué he hecho yo
Para ser el nieto de un ángel?
¿Qué he hecho, para merecerlo?

La luz de aquel día se atenuaba dejando una fría fluorescencia.
Era difícil reconocerte en esa luz.
Por favor, perdona esta pregunta egoísta, pero
¿Qué debía decirles esa noche a todos esos fantasmas?
"Ella nunca dijo ni una mentira...
Estoy seguro que nunca la dijo, 
y aunque así fuera, nunca la vivió.
No tuvo una vida,
Pero desde luego salvó una."
 
¿Lo ves? Estoy bien,
Ha llegado la hora de que te dejemos marchar.....



¿Quién podría negar que fuiste tú la que
Iluminaste tu pequeña porción de lo divino?

Y esta pequeña luz mía, el regalo que me legaste,
Voy a dejar que brille para que me guíe y me ampare,
Mientras tu sigues tu camino...
Tu camino al cielo...

¿Qué haremos cuando se nos apague tu luz?,
¿Sin ti para guiarnos a todos?
¿Aparte de temblar incesantemente?

El camino es alto, pero todos tenemos los ojos puestos en el suelo.
Tú eras nuestra luz y nuestro camino y
El tiempo que viviste en el fuego es tiempo suficiente:
Te vas a casa.

Tú eres la única que puede mantener la cabeza bien alta,
Agitar tu puño ante las puertas del cielo y decir:
"¡Ya he llegado a casa!
Tráeme al Espíritu Santo, al Hijo y al Padre,
Diles que su pilar de fe ha ascendido.
¡Ha llegado la hora!
¡Mi hora!
¡Dame mis...
DAME MIS ALAS!"


Tú eres nuestra luz y nuestro camino.

Empeñado como estoy en mis maneras y mi arrogancia...
Tú fuiste mi prueba, mis ojos, mi evidencia,
Paulina, mi abu, ser incondicional.


La luz de aquel día se atenuaba dejando una fría fluorescencia.
Era difícil reconocerte en esa luz.
Por favor, perdona esta osada sugerencia, pero
Si viste esa noche la cara de tu Creador,
Mírale a los ojos, mírale a los ojos,
Y dile:
"Nunca viví una mentira,
Nunca me llevé una vida,
Pero desde luego salvé una.
Es hora de que me hagáis un sitio en el cielo."

 
Gracias por estar siempre a nuestro lado y seguir guiándonos con tu luz.
No imaginas lo mucho que te queremos y lo que te echamos de menos.
Sopla tus 90 velas desde tu sitio en el cielo.

viernes, 3 de febrero de 2012

Pero no.

Desde hace tiempo tenía ganas de escribir, pero no lo he hecho hasta hoy.

No sé realmente son ganas de escribir aquí, en mi "muro de las lamentaciones", que no fué concebido como tal, o más bien necesidad. Quizá necesito descargar mi cabeza y ponerlo en negro sobre blanco para liberar de espacio el disco duro cerebral y conseguir así mejorar un poco.

Pero antes de ponerme a escribir, he leído lo que ya estaba escrito desde hace tiempo. He leído comentarios desde que comencé este blog hace ya dos años y medio y he decidido no escribir.
No al menos hasta que me haya abierto una buena brecha en la cabeza a base de golpearme contra la pared.

Quizá así espabile de una puta vez.

Hala, chao.