Hallo liebe Leute (hola querida gente):
En unas horas comienza mi camino de retorno a Galicia, algo no premeditado, sino escrito sobre la marcha por los motivos que, si habéis sido ávidos lectores del blog, ya sabéis de memoria.
Algo apenado, y a la vez contento, me resulta muy complicado explicar lo que siento. Desde luego tengo que volver, no puedo estar alejado de Laura, es el motivo por el que vivo, y mi fin es estar con ella. Y por otro lado siento que algo en mi interior se queda alojado en Stuttgart, esperando que regrese a buscarlo, y compartiendo buenos momentos con los amigos que ya tenía aquí, y con los nuevos que he conocido y que tanto aprecio les he tomado en tan sólo 6 semanas.
Por este motivo, no quiero cerrar esta etapa de mi vida sin agradecer uno por uno a toda la gente que ha hecho mi vida aquí tan sencilla, afable y divertida. Seguramente la mayoría de ellos ni siquiera han leído este blog, pero ello no hace que deje de hacer pública su presencia y mi agradecimiento. Va por ellos y para ellos.
Principalmente, y como comienzo, me gustaría dar las gracias de corazón a Carmen Person, Tobias, Sabrina y David, que ya desde antes de emprender viaje hicieron por mí todo lo posible para que al llegar no tuviera que preocuparme por nada. Alojamiento, asesoramiento laboral, documentación, curso de alemán..., amén de servirme de traductor en numerosas ocasiones. Gracias Carmen, sin tí hubiera estado perdido aquí.
No puedo dejar de mencionar a todos aquellos que he conocido en estas seis semanas, y con los que he entablado una gran amistad. A Martina, Gudrun y Linde las conocía por el "proyecto tandem" de idiomas, y aquí he podido ampliar de modo personal, cara a cara, esa relación, que se ha tornado en una gran amistad. Gudrun, gracias por tus llamadas para tomar algo y por las conversaciones con pastel en tu preciosa casa. Linde, mil millones de gracias por lo mismo, además de la compañia de los últimos días. Por "compartir" la mochila de los libros que compraste (aún me duele el hombro), y por enseñarme Schorndorf. No te doy las gracias por regalarme "good bye Lenin" porque no me dejaste pagártela. (Mentira, no sé cómo podría agradecer el detalle que tuviste).
Y por último a ese grupo de gente tan especial y con el que he conectado tan rápidamente: los compañeros del curso de alemán, y Vango. vango es un griego-alemán o un germano-heleno con un físico espectacular y la sonrisa siempre en la boca. Lo mejor es que me trató como un amigo desde el primer día que lo conocí, y hoy la despedida ha sido bastante emotiva.
Por otro lado, los compañeros del curso de alemán han sido mi pequeña familia de cada día. Ellos consiguieron que en los momentos más complicados de mi estancia aquí, tuviera una motivación para levantarme. Especialmente intensa ha sido mi relación con Veronika, Jelena, Laura y su marido "Herr Haufler", Monika y su novio Karoly (se pronuncia "Karoy", nunca se me olvidará) Michel, Andy, Pjotrek y Peran. La verdad es que hemos conformado un grupo la mar de curioso, y nos hemos propuesto reunirnos cada año en la ciudad de origen de cada uno. Espero que se haga realidad. Ya estoy pensando en enviar correos a todos para preguntarles en qué ciudad nos reunimos el año que viene.
Espero no dejarme a nadie en el tintero. Creo que no lo hago. Sin llegar a ser siquiera una amistad, también me gustaría agradecer a Spiro, Konsta, Thomas, Nadja, Teresa y Hiki por lo bien que me han tratado en el restaurante, y por supuesto por haber confiado en mí a la hora de ofrecerme un trabajo. De hecho, siguen ofreciéndomelo, lo cual sigue siendo motivo de agradecimiento.
Y así, como de bien nacido es ser agradecido, me agradezco a mí mismo el haber venido aquí, y haber realizado algo que siempre he querido hacer. Quizá el resultado (por el tiempo de duración) final no ha sido el que mucho esperábamos, pero creo que el hecho de no poner fecha de vuelta implicaba también ésto: volver pronto.
En palabras de Lina Morgan: "agradecido y emocionado, sólamente "me" puedo decir: gracias por venir".
sábado, 29 de agosto de 2009
miércoles, 26 de agosto de 2009
La felicidad nunca es perfecta.
Estimados ojeadores:
Ya sé que con el título de esta entrada no os estoy descubriendo América, y que seguramente ya os habíais percatado de la falta de perfección de las cosas. En el caso que nos ocupa, la felicidad.
A dos días de mi reencuentro con mi esencia (véase Laura), llega el momento de estar feliz, de volver a estar con ella y vivir juntos bajo el mismo techo, de salir a pasear, cenar, hacer el cabra con los amigos dejados en tierra celta, de volver a abrazar a mi adoptado orejotas, y de comenzar, o mejor dicho, de retomar la vida que abandoné hace ya cinco semanas. Contento. Feliz.
Pero como ya he dicho, y como bien sabéis, la felicidad no es perfecta, y hoy me siento también apenado por dejar un país que me ha enamorado en 40 días. Bien es cierto que el cariño que siento por Galicia, o por el norte de la península en general, no es equiparable al resto del territorio, y nunca he sentido una especial predilección por España. Aquí he confirmado muchas cosas las cuales imaginaba, y aunque Alemania también tiene sus muchos defectos, están a años luz de nosotros. Probablemente así nos pinta el pelo, (bueno, os pinta, que yo estoy calvorota del todo), y seguramente yo también contribuyo a ello pese a mis esfuerzos por no hacerlo.
Hoy he vuelto a tener esa sensación, la cual creo que nunca me ha abandonado desde que llegué, de que mi tiempo para intentar emprender una aventura como ésta en la que me he embarcado ya pasó, y que quizá con 20 o 24 años el resultado hubiera sido otro. Esa sensación a veces se torna distinta, y piensa que mi tiempo no ha pasado, pero realmente no es así como quiero hacerlo. No sin Laura. Los "Zitronen Ice Tee" (un té helado al limón, vaya), o las "Hefe Weizen" (cerveza de medio litro riquísima), con los amigos hechos aquí no saben igual si no tienes al lado a la persona que quieres. Si así fuera, quizá la felicidad fuera algo más perfecta, (nunca puede ser perfecta del todo), o al menos la sensación y/o las ganas de intentarlo serían distintas.
Y así llego al final de mi camino. Quedan aún dos días en los que tengo que hacer algunas cosas, como ir a preguntar en el banco de qué modo cancelo mi cuenta, o en la oficina de empleo si tengo que llevar algún documento de vuelta al Inem. Mañana lo haré todo, o lo intentaré al menos. Cena con los colegas del curso, y música en castellano para que Linde practique el idioma. Que rica, me ha regalado "Good Bye Lenin" en versión original con subtítulos en alemán, que llevaba buscándola desde que llegué. E intentar disfrutar estos dos días. El resto comienza, o continúa, después.
Hasta la próxima, o hasta pronto.
Ya sé que con el título de esta entrada no os estoy descubriendo América, y que seguramente ya os habíais percatado de la falta de perfección de las cosas. En el caso que nos ocupa, la felicidad.
A dos días de mi reencuentro con mi esencia (véase Laura), llega el momento de estar feliz, de volver a estar con ella y vivir juntos bajo el mismo techo, de salir a pasear, cenar, hacer el cabra con los amigos dejados en tierra celta, de volver a abrazar a mi adoptado orejotas, y de comenzar, o mejor dicho, de retomar la vida que abandoné hace ya cinco semanas. Contento. Feliz.
Pero como ya he dicho, y como bien sabéis, la felicidad no es perfecta, y hoy me siento también apenado por dejar un país que me ha enamorado en 40 días. Bien es cierto que el cariño que siento por Galicia, o por el norte de la península en general, no es equiparable al resto del territorio, y nunca he sentido una especial predilección por España. Aquí he confirmado muchas cosas las cuales imaginaba, y aunque Alemania también tiene sus muchos defectos, están a años luz de nosotros. Probablemente así nos pinta el pelo, (bueno, os pinta, que yo estoy calvorota del todo), y seguramente yo también contribuyo a ello pese a mis esfuerzos por no hacerlo.
Hoy he vuelto a tener esa sensación, la cual creo que nunca me ha abandonado desde que llegué, de que mi tiempo para intentar emprender una aventura como ésta en la que me he embarcado ya pasó, y que quizá con 20 o 24 años el resultado hubiera sido otro. Esa sensación a veces se torna distinta, y piensa que mi tiempo no ha pasado, pero realmente no es así como quiero hacerlo. No sin Laura. Los "Zitronen Ice Tee" (un té helado al limón, vaya), o las "Hefe Weizen" (cerveza de medio litro riquísima), con los amigos hechos aquí no saben igual si no tienes al lado a la persona que quieres. Si así fuera, quizá la felicidad fuera algo más perfecta, (nunca puede ser perfecta del todo), o al menos la sensación y/o las ganas de intentarlo serían distintas.
Y así llego al final de mi camino. Quedan aún dos días en los que tengo que hacer algunas cosas, como ir a preguntar en el banco de qué modo cancelo mi cuenta, o en la oficina de empleo si tengo que llevar algún documento de vuelta al Inem. Mañana lo haré todo, o lo intentaré al menos. Cena con los colegas del curso, y música en castellano para que Linde practique el idioma. Que rica, me ha regalado "Good Bye Lenin" en versión original con subtítulos en alemán, que llevaba buscándola desde que llegué. E intentar disfrutar estos dos días. El resto comienza, o continúa, después.
Hasta la próxima, o hasta pronto.
lunes, 24 de agosto de 2009
Semana con la mañana libre (y última).
Hola audiencia.
Hoy es el primer lunes que tengo libre desde que estoy en Stuttgart, que hace un montante actual de 5 semanas. Mañana será mi primer martes libre, y pasado mi primer miércoles...
El caso es que el curso terminó el viernes pasado, con un balance más que favorable por mi parte. La verdad es que hacer este curso de alemán ha sido una experiencia de lo más enrriquecedora, y a buen seguro que me gustaría hacer otro. Desde luego es un modo magnífico de aprender un idioma.
Hoy tampoco trabajo en el restaurante, aunque es posible que vaya allí a cenar. Los lunes comes platos de pasta (bastante ricos, por cierto) por 4 eurillos. Así aprovecho para hacer unas fotitos del lugar donde he estado trabajando, y de paso me dirán si esta semana trabajo algún día o no. Si trabajo, será hasta el jueves, pues el viernes quiero terminar de preparar todo para emprender mi camino de regreso a Galicia el sábado.
La fortuna ha querido que hoy que comienza mi semana sin curso, tenga por fin internet en casa, con lo que puedo estar conectado al mundo sin tener que dejarme 2 euros por hora para escribir esta entrada, para hablar con Laura o con mi madre, o simplemente para confirmar que el Athletic con Caparrós va a seguir pasándolo mal, pese a que el Barça juega en otra galaxia distinta.
Esta semana me toca ir de nuevo al Arbeitsamt para intentar informarme de si tengo que hacer algún último trámite antes de retornar, o si todo tengo que hacerlo de nuevo en Galicia. También tengo que ir al BW Bank para cerrar la cuenta que abrí hace ya 5 semanas, en la que me iban a ingresar el subsidio de desempleo alemán. Imagino que eso será un poco más complicado, pues si la cierro ahora, no podré recibir el dinero de este mes, con lo que intentaré poner a algún amigo de aquí como autorizado en la cuenta, para que una vez me hayan ingresado ese dinero, pueda cerrar la cuenta y hacer una transferencia a mi cuenta de España.
Pero eso seguramente lo haré a partir de mañana, la verdad es que hoy me apetece descansar un poco. He ido a comprar algo de comer, y al final me he venido con los cd's nuevos de U2 y de Alicia Keys a 10 y 5 euros respectivamente. Precios anti-piratería vaya. Además me han regalado un libro de cine, en perfecto alemán.
Imagino (o espero) que mañana quedaremos a comer los compañeros del curso, ya que algunos como Pjotrek han regresado a Varsovia, y otros como Peran, Jelena, Veronika o yo mismo lo haremos a final de semana a Cardiff, Novi-Sad y una ciudad innombrable de la república checa, respectivamente. Todo se acaba, aunque el punto sea seguido, nunca final.
Hasta la próxima a tod@s.
Hoy es el primer lunes que tengo libre desde que estoy en Stuttgart, que hace un montante actual de 5 semanas. Mañana será mi primer martes libre, y pasado mi primer miércoles...
El caso es que el curso terminó el viernes pasado, con un balance más que favorable por mi parte. La verdad es que hacer este curso de alemán ha sido una experiencia de lo más enrriquecedora, y a buen seguro que me gustaría hacer otro. Desde luego es un modo magnífico de aprender un idioma.
Hoy tampoco trabajo en el restaurante, aunque es posible que vaya allí a cenar. Los lunes comes platos de pasta (bastante ricos, por cierto) por 4 eurillos. Así aprovecho para hacer unas fotitos del lugar donde he estado trabajando, y de paso me dirán si esta semana trabajo algún día o no. Si trabajo, será hasta el jueves, pues el viernes quiero terminar de preparar todo para emprender mi camino de regreso a Galicia el sábado.
La fortuna ha querido que hoy que comienza mi semana sin curso, tenga por fin internet en casa, con lo que puedo estar conectado al mundo sin tener que dejarme 2 euros por hora para escribir esta entrada, para hablar con Laura o con mi madre, o simplemente para confirmar que el Athletic con Caparrós va a seguir pasándolo mal, pese a que el Barça juega en otra galaxia distinta.
Esta semana me toca ir de nuevo al Arbeitsamt para intentar informarme de si tengo que hacer algún último trámite antes de retornar, o si todo tengo que hacerlo de nuevo en Galicia. También tengo que ir al BW Bank para cerrar la cuenta que abrí hace ya 5 semanas, en la que me iban a ingresar el subsidio de desempleo alemán. Imagino que eso será un poco más complicado, pues si la cierro ahora, no podré recibir el dinero de este mes, con lo que intentaré poner a algún amigo de aquí como autorizado en la cuenta, para que una vez me hayan ingresado ese dinero, pueda cerrar la cuenta y hacer una transferencia a mi cuenta de España.
Pero eso seguramente lo haré a partir de mañana, la verdad es que hoy me apetece descansar un poco. He ido a comprar algo de comer, y al final me he venido con los cd's nuevos de U2 y de Alicia Keys a 10 y 5 euros respectivamente. Precios anti-piratería vaya. Además me han regalado un libro de cine, en perfecto alemán.
Imagino (o espero) que mañana quedaremos a comer los compañeros del curso, ya que algunos como Pjotrek han regresado a Varsovia, y otros como Peran, Jelena, Veronika o yo mismo lo haremos a final de semana a Cardiff, Novi-Sad y una ciudad innombrable de la república checa, respectivamente. Todo se acaba, aunque el punto sea seguido, nunca final.
Hasta la próxima a tod@s.
martes, 18 de agosto de 2009
Monotonía y canas.
Hola majetes.
A 11 días del punto y..., de mi aventura, la verdad es que la monotonía se está adueñando de mi vida. Imagino que al tener decidida ya una fecha de vuelta, la tensión diaria ha vuelto a unos niveles casi nulos, los cuales tan sólo se ven alterados en los momentos previos a ir al restaurante a trabajar. Entonces por lo general los niveles de tensión se disparan, y eso sucederá de nuevo hoy dentro de un par de horas. La falta de tensión seguramente sea debida a tener el futuro inmediato relativamente cierto: sé el tiempo que me queda aquí, cuando voy a ver a Laura, y que regreso al hogar. Imagino que entonces, reaparecerá de nuevo esa tensión en busca de nuevas metas, que en el caso que nos ocupa serán de tipo laboral.
Así se va desarrollando mi vida desde hace una semana: Curso de alemán (lo cual me alegra sobremanera), por lo general después del curso tomar una cervecita con algunos compañeros, en especial con los ingleses, e incluso algún día el apetito ha hecho acto de presencia y me he deleitado con alguna ensalada gigantesca de las que ponen por aquí, o ese famoso "Schweinschnitzel" del cual ya os he hablado. Entonces vuelvo a Leonberg, donde resido, y "okupo" (sí, con "k" de "okupación"), un asiento durante un mínimo de 2 horas en el "ciber" de debajo de casa, al cual hoy estoy siendo infiel, pues he descubierto otro en otro sitio, y estoy probando su funcionamiento. Una vez abonados los 7 euros de media que suelo dejarme diariamente en mi "conexión al mundo", si no hay que trabajar ceno algo en casa, y suelo acostarme pronto, algo que el cuerpo me viene pidiendo a gritos últimamente, y si tengo que trabajar, pues tengo que resignarme hasta las 2 de la madrugada e intentar apaciguar esa tensión de la que os he hablado. Hoy es uno de esos días.
Lo único que ha roto la monotonía, además de alguna que otra espectacular tormenta, ha sido que he descubierto que en un mes me ha salido más canas que en 33 años. Antes de que os preguntéis cómo es posible que haya canas en mi despoblaza cabezota, os recuerdo que la barba me sigue saliendo, y todo lo que rodea la barbilla está tornándose de un color blanquecino como aviso de preocupaciones anteriores o de que el tiempo pasa inexorablemente. Es inevitable. Lo asombroso es la velocidad con la que se han propagado este més.
Y así va rodando todo. Esta semana termino el curso, y el sábado que viene recojo a esa otra mitad de mi ser en Frankfurt, de la cual espero no separarme el resto de mis días. Desde entonces, y aún ahora, cada día sigue siendo una nueva aventura.
Hasta la próxima.
A 11 días del punto y..., de mi aventura, la verdad es que la monotonía se está adueñando de mi vida. Imagino que al tener decidida ya una fecha de vuelta, la tensión diaria ha vuelto a unos niveles casi nulos, los cuales tan sólo se ven alterados en los momentos previos a ir al restaurante a trabajar. Entonces por lo general los niveles de tensión se disparan, y eso sucederá de nuevo hoy dentro de un par de horas. La falta de tensión seguramente sea debida a tener el futuro inmediato relativamente cierto: sé el tiempo que me queda aquí, cuando voy a ver a Laura, y que regreso al hogar. Imagino que entonces, reaparecerá de nuevo esa tensión en busca de nuevas metas, que en el caso que nos ocupa serán de tipo laboral.
Así se va desarrollando mi vida desde hace una semana: Curso de alemán (lo cual me alegra sobremanera), por lo general después del curso tomar una cervecita con algunos compañeros, en especial con los ingleses, e incluso algún día el apetito ha hecho acto de presencia y me he deleitado con alguna ensalada gigantesca de las que ponen por aquí, o ese famoso "Schweinschnitzel" del cual ya os he hablado. Entonces vuelvo a Leonberg, donde resido, y "okupo" (sí, con "k" de "okupación"), un asiento durante un mínimo de 2 horas en el "ciber" de debajo de casa, al cual hoy estoy siendo infiel, pues he descubierto otro en otro sitio, y estoy probando su funcionamiento. Una vez abonados los 7 euros de media que suelo dejarme diariamente en mi "conexión al mundo", si no hay que trabajar ceno algo en casa, y suelo acostarme pronto, algo que el cuerpo me viene pidiendo a gritos últimamente, y si tengo que trabajar, pues tengo que resignarme hasta las 2 de la madrugada e intentar apaciguar esa tensión de la que os he hablado. Hoy es uno de esos días.
Lo único que ha roto la monotonía, además de alguna que otra espectacular tormenta, ha sido que he descubierto que en un mes me ha salido más canas que en 33 años. Antes de que os preguntéis cómo es posible que haya canas en mi despoblaza cabezota, os recuerdo que la barba me sigue saliendo, y todo lo que rodea la barbilla está tornándose de un color blanquecino como aviso de preocupaciones anteriores o de que el tiempo pasa inexorablemente. Es inevitable. Lo asombroso es la velocidad con la que se han propagado este més.
Y así va rodando todo. Esta semana termino el curso, y el sábado que viene recojo a esa otra mitad de mi ser en Frankfurt, de la cual espero no separarme el resto de mis días. Desde entonces, y aún ahora, cada día sigue siendo una nueva aventura.
Hasta la próxima.
miércoles, 12 de agosto de 2009
Bálsamo milagroso.
Hola a todos.
Hoy me he dado cuenta que estoy en el ecuador de mi aventura alemana. Lo que iba a ser por un tiempo sin definir finalmente se ha definido en seis semanas, de las cuales ya he consumido tres.
La verdad es que desde que he decidido poner fin a esta aventura cuando termine el curso se han pasado la mayor parte de mis males. Cual bálsamo milagroso se han esfumado de un plumazo tanto mis problemas de insomnio como los intestinales, que la verdad me estaban dejando consumido, y eso que no he parado de comer bien en estas tres semanas. Pero parece que tener el corazón y el alma tranquilos han sido la mejor de las curas.
Ya tengo una fecha decidida de vuelta. Ayer estuve hablando con la otra parte de mi ser (véase Laura), y nos hemos propuesto que venga a Stuttgart el último fin de semana de agosto. Tiene una semana de vacaciones, con lo que la vuelta a casa la emprenderemos tranquilamente, parando en lugares como La Alsacia, Costa Azul, Pirineos, hasta llegar por esa Autovía del Cantábrico que tanto me gusta a La Coruña. Fin del trayecto. Y comienzo o reanudación del nuevo o anterior.
Echando cuentas de lo que podría ganar en el restaurante me sale un mínimo de 1500 euros netos, lo cual es un sueldazo para trabajar 40 horas semanales. Quizá en otro momento, hace unos años, cuando comenzó mi idea de "tengo que vivir lejos de este país de pandereta", la cosa hubiera sido distinta. Ocho años "enganchado" a una persona hace que las cosas cambien. Hago mía la frase que "Duo Kie" tienen en uno de sus temas "los yonkis nunca hablan de las drogas como un vicio".
No oculto que envidio la situación de Martín y Noe. La mejor de las suertes para ellos. Se lo merecen.
Hasta la próxima.
Hoy me he dado cuenta que estoy en el ecuador de mi aventura alemana. Lo que iba a ser por un tiempo sin definir finalmente se ha definido en seis semanas, de las cuales ya he consumido tres.
La verdad es que desde que he decidido poner fin a esta aventura cuando termine el curso se han pasado la mayor parte de mis males. Cual bálsamo milagroso se han esfumado de un plumazo tanto mis problemas de insomnio como los intestinales, que la verdad me estaban dejando consumido, y eso que no he parado de comer bien en estas tres semanas. Pero parece que tener el corazón y el alma tranquilos han sido la mejor de las curas.
Ya tengo una fecha decidida de vuelta. Ayer estuve hablando con la otra parte de mi ser (véase Laura), y nos hemos propuesto que venga a Stuttgart el último fin de semana de agosto. Tiene una semana de vacaciones, con lo que la vuelta a casa la emprenderemos tranquilamente, parando en lugares como La Alsacia, Costa Azul, Pirineos, hasta llegar por esa Autovía del Cantábrico que tanto me gusta a La Coruña. Fin del trayecto. Y comienzo o reanudación del nuevo o anterior.
Echando cuentas de lo que podría ganar en el restaurante me sale un mínimo de 1500 euros netos, lo cual es un sueldazo para trabajar 40 horas semanales. Quizá en otro momento, hace unos años, cuando comenzó mi idea de "tengo que vivir lejos de este país de pandereta", la cosa hubiera sido distinta. Ocho años "enganchado" a una persona hace que las cosas cambien. Hago mía la frase que "Duo Kie" tienen en uno de sus temas "los yonkis nunca hablan de las drogas como un vicio".
No oculto que envidio la situación de Martín y Noe. La mejor de las suertes para ellos. Se lo merecen.
Hasta la próxima.
domingo, 9 de agosto de 2009
1+1x8=1 (las matemáticas no son una ciencia exacta)
Si a esto le añadimos que: Si =1 dividido entre 2200 es =1, también puede ser un Conjunto Vacío.
No os asustéis, no es que me haya vuelto loco (todavía), es una manera de demostrar que las matemáticas no son una ciencia exacta. Y eso que las mates nunca se me dieron bien, pero sí los problemas de lógica de filosofía. De todos modos no creo que aspire al Nobel de Matemáticas con esta fórmula.
Si no entendéis ésto, o no os apetece pensar mucho, he aquí la explicación:
Simplemente hay que cambiar los números por personas, o mejor dicho, complementar los números con una pareja que tiene una relación entre sí.
Así, si la relación es como se entiende que debería ser entre una pareja que se quiere, la suma de 1+1 no debería ser =2, sino =1, que es como así lo siento. Bueno quizá si la pareja no lleva mucho tiempo de relación en común sería un poco precipitado creer que el resultado de la suma sea =1, pero es aquí donde entra el segundo factor.
Sea cual sea el resultado de 1+1 (da igual que sea 1 o 2), si lo multiplicamos por 8 años de relación en común, sí tiene que ser entonces =1. Desde luego para mí lo es. Y si esos 8 años son como los que yo llevo vividos con Laura, entonces definitivamente el resultado es =1. Somos 1.
Sencillo verdad?.
Ahora el segundo teorema de lógica: Si el resultado que tenemos es =1, y a ese 1 (que recordemos es el resultado de 1+1x8), lo dividimos entre 2200 kilómetros que separan Stuttgart y La Coruña, lugar donde actualmente reside cada uno de los factores de la ecuación, en ese resultado de =1 se produce un conjunto vacío.
Bien, esta es mi situación actual, y el principal motivo por el que mi cabeza sólo piensa en seguir a mi corazón y evitar la diferencia de esos 2200 kilómetros, para que no se produzca un conjunto vacío. Y es que es tal mi adicción a Laura, y tan fuerte la conexión que me une a ella que si no estamos juntos me siento vacío. Juntos no quiere decir que nos queramos en lo bueno y en lo malo, etc etc, sino juntos como localización, ambos bajo el mismo techo. Creo que realmente ese es mi destino, estar con Laura, sea donde sea, para que no me sienta vacío. Es la razón por la que apenas duermo.
Aún he de terminar el curso, y pueden pasar muchas cosas, pero la verdad es que cada día que pasa presiento que no es el momento de seguir o de intentar aventuras en solitario, que eso quizá habría que haberlo hecho antes, o que si las intentamos, las intentamos juntos, como Martín y Noelia.
Siempre digo que la vida es cuestión de preferencias. Y desde luego la mía es Laura.
Lo que suceda en estas semanas ya os lo iré contando.
(Obviamente he escrito esto así para quitarle hierro al asunto, y que no parezca un "dramón").
Espero que haya dado resultado.
No os asustéis, no es que me haya vuelto loco (todavía), es una manera de demostrar que las matemáticas no son una ciencia exacta. Y eso que las mates nunca se me dieron bien, pero sí los problemas de lógica de filosofía. De todos modos no creo que aspire al Nobel de Matemáticas con esta fórmula.
Si no entendéis ésto, o no os apetece pensar mucho, he aquí la explicación:
Simplemente hay que cambiar los números por personas, o mejor dicho, complementar los números con una pareja que tiene una relación entre sí.
Así, si la relación es como se entiende que debería ser entre una pareja que se quiere, la suma de 1+1 no debería ser =2, sino =1, que es como así lo siento. Bueno quizá si la pareja no lleva mucho tiempo de relación en común sería un poco precipitado creer que el resultado de la suma sea =1, pero es aquí donde entra el segundo factor.
Sea cual sea el resultado de 1+1 (da igual que sea 1 o 2), si lo multiplicamos por 8 años de relación en común, sí tiene que ser entonces =1. Desde luego para mí lo es. Y si esos 8 años son como los que yo llevo vividos con Laura, entonces definitivamente el resultado es =1. Somos 1.
Sencillo verdad?.
Ahora el segundo teorema de lógica: Si el resultado que tenemos es =1, y a ese 1 (que recordemos es el resultado de 1+1x8), lo dividimos entre 2200 kilómetros que separan Stuttgart y La Coruña, lugar donde actualmente reside cada uno de los factores de la ecuación, en ese resultado de =1 se produce un conjunto vacío.
Bien, esta es mi situación actual, y el principal motivo por el que mi cabeza sólo piensa en seguir a mi corazón y evitar la diferencia de esos 2200 kilómetros, para que no se produzca un conjunto vacío. Y es que es tal mi adicción a Laura, y tan fuerte la conexión que me une a ella que si no estamos juntos me siento vacío. Juntos no quiere decir que nos queramos en lo bueno y en lo malo, etc etc, sino juntos como localización, ambos bajo el mismo techo. Creo que realmente ese es mi destino, estar con Laura, sea donde sea, para que no me sienta vacío. Es la razón por la que apenas duermo.
Aún he de terminar el curso, y pueden pasar muchas cosas, pero la verdad es que cada día que pasa presiento que no es el momento de seguir o de intentar aventuras en solitario, que eso quizá habría que haberlo hecho antes, o que si las intentamos, las intentamos juntos, como Martín y Noelia.
Siempre digo que la vida es cuestión de preferencias. Y desde luego la mía es Laura.
Lo que suceda en estas semanas ya os lo iré contando.
(Obviamente he escrito esto así para quitarle hierro al asunto, y que no parezca un "dramón").
Espero que haya dado resultado.
Comienza el trabajo.
Hola majos.
Bueno, la cosa más o menos sigue igual que la última vez que escribí. Lo mejor de estar aquí sucede por las mañanas, cuando voy al curso y estoy con los compañeros de la "ONU" (al cual por cierto se han unido un Polaco, una Húngara y un Indio), y lo peor suele venir después. Es lo que pasa cuando se tiene casi toda la tarde libre para pensar, o para hablar con Laura y con mi madres, y de paso intentar escribir algo a los amigos. En el curso fenomenal, y con los compis muy bien. De hecho ya vamos a comer bastantes días juntos, lo cual me viene bien para intentar evadirme un poco. El martes vamos a quedar a cenar, y con un poco de suerte hoy domingo voy a Esslingen con ellos a la "Zwiebelnfest" o fiesta de la cebolla.
Ya he trabajado tres veces en el restaurante regentado por "griegos farloperos". Ya sabéis que mi primer día, el martes, fue un poco desastroso en cuanto a entender a la gente. La cosa del entendimiento no ha mejorado mucho (intentad pronunciar "Schweinschnitzel"; sea como esa a ellos me cuesta entenderlos). El caso es que también trabajé el viernes y el sábado, y por una extraña e incomprensible razón, parecen estar contentos conmigo. Eso sí, currando de camarero soy una máquina. Hasta yo me asombré de mí mismo el viernes. Por tanto, de momento parece que voy a seguir yendo a este sitio.
El viernes estuve en el Arbeitsamt, y me dieron dos ofertas para trabajar de conductor. Una de ellas de transporte urgente, y la otra con un camión repartiendo agua de Nestlé. Tengo que ir a ambas empresas a hacer una entrevista (e intentar entender lo que me dicen).
De todos modos ha habido un nuevo giro en cuanto al dinero del paro. El caso es que por algún tipo de problema burocrático, es posible que no me paguen los 3 meses del paro en Alemania. Entre el lunes y el martes tienen que llamarle para explicarme cual es la situación. Lo que faltaba. Menos mal que les di el teléfono de Carmen, porque yo sigo son enterarme de nada.
Y en esas estamos, así que ya os contaré.
Chao chao.
Bueno, la cosa más o menos sigue igual que la última vez que escribí. Lo mejor de estar aquí sucede por las mañanas, cuando voy al curso y estoy con los compañeros de la "ONU" (al cual por cierto se han unido un Polaco, una Húngara y un Indio), y lo peor suele venir después. Es lo que pasa cuando se tiene casi toda la tarde libre para pensar, o para hablar con Laura y con mi madres, y de paso intentar escribir algo a los amigos. En el curso fenomenal, y con los compis muy bien. De hecho ya vamos a comer bastantes días juntos, lo cual me viene bien para intentar evadirme un poco. El martes vamos a quedar a cenar, y con un poco de suerte hoy domingo voy a Esslingen con ellos a la "Zwiebelnfest" o fiesta de la cebolla.
Ya he trabajado tres veces en el restaurante regentado por "griegos farloperos". Ya sabéis que mi primer día, el martes, fue un poco desastroso en cuanto a entender a la gente. La cosa del entendimiento no ha mejorado mucho (intentad pronunciar "Schweinschnitzel"; sea como esa a ellos me cuesta entenderlos). El caso es que también trabajé el viernes y el sábado, y por una extraña e incomprensible razón, parecen estar contentos conmigo. Eso sí, currando de camarero soy una máquina. Hasta yo me asombré de mí mismo el viernes. Por tanto, de momento parece que voy a seguir yendo a este sitio.
El viernes estuve en el Arbeitsamt, y me dieron dos ofertas para trabajar de conductor. Una de ellas de transporte urgente, y la otra con un camión repartiendo agua de Nestlé. Tengo que ir a ambas empresas a hacer una entrevista (e intentar entender lo que me dicen).
De todos modos ha habido un nuevo giro en cuanto al dinero del paro. El caso es que por algún tipo de problema burocrático, es posible que no me paguen los 3 meses del paro en Alemania. Entre el lunes y el martes tienen que llamarle para explicarme cual es la situación. Lo que faltaba. Menos mal que les di el teléfono de Carmen, porque yo sigo son enterarme de nada.
Y en esas estamos, así que ya os contaré.
Chao chao.
miércoles, 5 de agosto de 2009
Lo bueno, lo feo y lo malo.
No hace falta que pongáis música de Morricone para leer esta entrada, pero dado que es un compositor excelente, no está de más si así lo hacéis.
Para ir de peor a mejor, quizá debería empezar por lo malo:
Lo MALO es que con cada nuevo día que pasa mi ánimo no parece mejorar mucho, sino más bien lo contrario. Lo cierto es que todos los días me pregunto qué hago yo aquí, y qué necesidad tengo de apartarme de Laura, de Gizmo y de la gente que me rodeaba tanto en Galicia como en Madrid.
La verdad es que tendría que buscar bastante para describiros algo FEO. Todos los días me tiro 45 minutos en el tren de cercanías para ir desde el piso de Tobias hasta la Escuela de Idiomas de Esslingen, y el paisaje que veo es precioso, al menos para quien le gusten los árboles y los paisajes verdes como a mí.
Quizá lo más feo que me ha sucedido ha tenido relación con un trabajo. Ayer trabajé en un Restaurante cerca de conde vivo. Curré 5 horas a un ritmo bastante elevado, ocupándome de unas 30 mesas, para que al final el tío (griego), no me de ni las propinas porque dice que de la billetera faltan 10 euros, aunque esa billetera a pasado por 4 manos distintas. En fin, que no me hizo ninguna gracia. El viernes vuelvo a trabajar en ese sitio (aunque me lo estoy pensando seriamente). Lo más angustiante al principio era intentar descifrar lo que me pedía la gente. En España nos creemos los reyes de la hostelería, pero estos germanos lo tienen todo a la perfección. Restaurante, bar, cafetería, cocktelería. Todo en uno. Increíble, te puedes pedir un "frappé", con un Mai-Tai después de comer filetes de cerdo, pizza, ensalada, e incluso carnes al grill.
Lo BUENO, que lo hay, es la alegría con la que voy por las mañanas al curso de alemán. La verdad es que para aprender el idioma a pasos de gigante no hay como ir al lugar de origen. Cada día lo noto más. Y no sólo el alemán, porque con los compañeros de curso muchas veces terminamos hablando en inglés para conseguir entendernos al salir del curso. (So I improve my english too!). Los compañeros fenomenal. Todos tienen algo de relación con Stuttgart, vamos, que tienen aquí a la novia o al marido (cosa que yo no). Y sobre todo, la gente que me está ayudando aquí desde antes de llegar, y que aún lo hace y se preocupa. Empezando por Carmen, Tobías, Bine y David, y los que participaron en el proyecto de Tandem, que los conocí personalmente el pasado lunes.
El viernes voy a mi entrevista en la Arbeitsagentur (el Inem de aquí).
Ya os contaré.
Hasta la próxima.
Ayer tuve mi primera piedra de fuego con un trabajo. Y no resultó excesivamente bien.
Para ir de peor a mejor, quizá debería empezar por lo malo:
Lo MALO es que con cada nuevo día que pasa mi ánimo no parece mejorar mucho, sino más bien lo contrario. Lo cierto es que todos los días me pregunto qué hago yo aquí, y qué necesidad tengo de apartarme de Laura, de Gizmo y de la gente que me rodeaba tanto en Galicia como en Madrid.
La verdad es que tendría que buscar bastante para describiros algo FEO. Todos los días me tiro 45 minutos en el tren de cercanías para ir desde el piso de Tobias hasta la Escuela de Idiomas de Esslingen, y el paisaje que veo es precioso, al menos para quien le gusten los árboles y los paisajes verdes como a mí.
Quizá lo más feo que me ha sucedido ha tenido relación con un trabajo. Ayer trabajé en un Restaurante cerca de conde vivo. Curré 5 horas a un ritmo bastante elevado, ocupándome de unas 30 mesas, para que al final el tío (griego), no me de ni las propinas porque dice que de la billetera faltan 10 euros, aunque esa billetera a pasado por 4 manos distintas. En fin, que no me hizo ninguna gracia. El viernes vuelvo a trabajar en ese sitio (aunque me lo estoy pensando seriamente). Lo más angustiante al principio era intentar descifrar lo que me pedía la gente. En España nos creemos los reyes de la hostelería, pero estos germanos lo tienen todo a la perfección. Restaurante, bar, cafetería, cocktelería. Todo en uno. Increíble, te puedes pedir un "frappé", con un Mai-Tai después de comer filetes de cerdo, pizza, ensalada, e incluso carnes al grill.
Lo BUENO, que lo hay, es la alegría con la que voy por las mañanas al curso de alemán. La verdad es que para aprender el idioma a pasos de gigante no hay como ir al lugar de origen. Cada día lo noto más. Y no sólo el alemán, porque con los compañeros de curso muchas veces terminamos hablando en inglés para conseguir entendernos al salir del curso. (So I improve my english too!). Los compañeros fenomenal. Todos tienen algo de relación con Stuttgart, vamos, que tienen aquí a la novia o al marido (cosa que yo no). Y sobre todo, la gente que me está ayudando aquí desde antes de llegar, y que aún lo hace y se preocupa. Empezando por Carmen, Tobías, Bine y David, y los que participaron en el proyecto de Tandem, que los conocí personalmente el pasado lunes.
El viernes voy a mi entrevista en la Arbeitsagentur (el Inem de aquí).
Ya os contaré.
Hasta la próxima.
Ayer tuve mi primera piedra de fuego con un trabajo. Y no resultó excesivamente bien.
domingo, 2 de agosto de 2009
Malas combinaciones = malas sensaciones.
La verdad es que esta semana no ha sido nada sencilla. A la dificultad de mi comprensión del idioma alemán se ha unido un ligero problema intestinal, y sobre todo la soledad que me produce el estar sin Laura. Lo cual no me está resultando nada fácil.
Sin duda el tiempo y el curso de alemán me están ayudando a mejorar el alemán, pero me resulta mucho más sencillo intentar expresarme que entender lo que me dicen. A esto se le une que aqui en Baden-Wurttenberg mucha gente habla "Suabo", un dialecto (como si fuera algo parecido a gallego).
Por tanto se puede decir que ha sido una semana dura en lo anímico, y también en lo físico, debido a ese pequeño problema intestinal.
Esta mala combinación de cosas ha dado lugar a malas sensaciones generalizadas. La principal de ellas es la sensación de haberme equivocado de lugar, y de que quizá el entendimiento y la comprensión del idioma hubiera sido mucho más sencillo en Edimburgo. Desde luego hay que dar tiempo al tiempo, y esto no ha hecho más que empezar. Aún me quedan tres semanas de curso, y tengo que hacer la entrevista del "Inem" el viernes, aunque ya tengo una de trabajo el día anterior.
El viernes estuvimos mi amigo Tobias y yo en una discoteca, y allí Tobi le preguntó a un camareo muy majo si podíamos hablar con el encargado para trabajar. El camarero nos dijo el nombre del encargado y donde tenía la oficina. Allí me presenté, y me emplazó para una entrevista el jueves 6 a mediodía. Así que a ver que sucede. Lo bueno es que más o menos conseguí entenderle.
Y ese fue el final más o menos feliz de esta primera y dura semana, en la que casi todos los días me han entrado ganas de volverme con mi Laurita. Es algo con lo que contaba, pero no con que fuera tan fuerte. Lo dicho, aún tengo por delante 21 días de curso, y hay que ver la evolución.
Ya os iré contando.
Sin duda el tiempo y el curso de alemán me están ayudando a mejorar el alemán, pero me resulta mucho más sencillo intentar expresarme que entender lo que me dicen. A esto se le une que aqui en Baden-Wurttenberg mucha gente habla "Suabo", un dialecto (como si fuera algo parecido a gallego).
Por tanto se puede decir que ha sido una semana dura en lo anímico, y también en lo físico, debido a ese pequeño problema intestinal.
Esta mala combinación de cosas ha dado lugar a malas sensaciones generalizadas. La principal de ellas es la sensación de haberme equivocado de lugar, y de que quizá el entendimiento y la comprensión del idioma hubiera sido mucho más sencillo en Edimburgo. Desde luego hay que dar tiempo al tiempo, y esto no ha hecho más que empezar. Aún me quedan tres semanas de curso, y tengo que hacer la entrevista del "Inem" el viernes, aunque ya tengo una de trabajo el día anterior.
El viernes estuvimos mi amigo Tobias y yo en una discoteca, y allí Tobi le preguntó a un camareo muy majo si podíamos hablar con el encargado para trabajar. El camarero nos dijo el nombre del encargado y donde tenía la oficina. Allí me presenté, y me emplazó para una entrevista el jueves 6 a mediodía. Así que a ver que sucede. Lo bueno es que más o menos conseguí entenderle.
Y ese fue el final más o menos feliz de esta primera y dura semana, en la que casi todos los días me han entrado ganas de volverme con mi Laurita. Es algo con lo que contaba, pero no con que fuera tan fuerte. Lo dicho, aún tengo por delante 21 días de curso, y hay que ver la evolución.
Ya os iré contando.
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