"Los comienzos siempre son complicados", palabras textuales de mi Txaxte. Es la enésima vez que intento algo nuevo o distinto en mi vida, la tercera vez que cambio de ciudad y de modo de vida. Nadie dijo que fuera a ser fácil y desde luego los primeros 10 días aquí no es que no lo fueran, sino que se tornaron bastante estresantes por no decir desesperantes.
La desesperación vino invitada por la mala suerte y la fecha de llegada. Llego aquí el 1 de octubre, en plena Cannstatter Volksfest (la 2ª feria más importante de Alemania tras el Oktoberfest) y acaban de dar los destinos de las plazas para las universidades, que este año han duplicado las plazas, lo cual significa doble de alumnos buscando habitación en piso compartido y/o apartamento al mismo tiempo que yo. Ellos tienen el idioma y 10 o 15 años menos, lo cual es una ventaja a la hora de buscar donde vivir. Yo lo tengo casi todo en contra: extranjero, chapurreando el idioma y en paro. La cosa no pinta bien. "Has elegido la peor fecha para buscar vivienda" me dice todo el mundo. "Si hubieras venido en cualquier mes que no sea octubre o noviembre seguro que no lo hubieras tenido tan complicado".
Al menos para apuntarme al curso no he tenido problema, mi amiga Carmen Person, que es profesora de español y alemán me lo ha puesto todo en bandeja.
Tirando de amiguetes de por aquí iban apareciendo más opciones para vivir, si bien todas terminaban en nada, inlcuyendo un italiano "piratilla" que me iba a alquilar una habitación con cocina y baño compartidos por 450€, pero que cuando está hablando conmigo le llama otra persona, el italiano le pide 500€, esta persona acepta y entonces el italiano me dice que se la acaban de reservar por teléfono y que si quiero a partir del día 1 de noviembre me la puede alquilar a mí. También hubo 3 intentos de timos con alquiler de apartamentos. De todo ello te advierten en las webs de alquiler de habitaciones, pero vaya, cualquiera con dos dedos de frente se da cuenta del intento de timo.
La buena suerte vino acompañada de la coincidencia y de la ayuda de estos amigos que tanto me están ayudando aquí. Al volver de ver el apartamento del italiano piratilla me quedé a cenar en casa de unos amigos que me acompañaron, y en su casa estuvimos mirando algunas webs de periódicos y de anuncios más. Diana y Pjotrek (estos amigos) se percataron de una habitación en un piso compartido en Esslingen, en la misma calle donde viven ellos, y cuando miraron en Google Maps la localización exacta de la vivienda la reacción de Diana fue: "¡¡pero la casa de enfrente es de mis vecinos y está vacía!!, ya no me acordaba, pero si quieres les puedo preguntar, porque nadie vive en esa casa y quizá te la puedan alquilar". Obviamente le dije que "por supuesto" y que se lo agradecía enormemente. Aún así seguiría en la infructuosa búsqueda de vivienda. Tenía que salir de la pensión en la que estaba, sin cocina y con un baño compartido con gente más propia del género porcino que del humano, el lunes 15 de octubre, y tras la primera semana seguía sin tener lugar donde poder quedarme. (Continuará).
La banda sonora que me ha acompañado en la escritura de esta entrada ha sido "Audioslave", con el disco homónimo. Tremendo discazo.
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