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miércoles, 16 de febrero de 2011

Inolvidable.

Lo que más me jode es que me he olvidado.
No de tí, eso nunca, sino de la fecha. No es una fecha feliz, pero es una fecha que no debería olvidar.

Han pasado 15 años, y recuerdo la fecha de hoy como si fuera casi ayer.
Recuerdo que me encontré con mi madre en la estación de tren cuando yo iba a la Universidad. Ella bajaba del vagón al que yo me iba a subir y le pregunté que qué hacía ella ahí a esas horas de la mañana. Yo iba a la maniestación por el asesinato del Profesor Tomás y Valiente a manos de ETA en la Universidad Autónoma, pero lo que me dijo mi madre hizo que me encontrara solo entre la muchedumbre. Ellos protestaban contra ETA. Yo tenía un mal presentimiento.

Ese mal presentimiento me hizo ir al hospital antes de lo previsto. Entré con el estómago vacío pese a haber comido algo en la universidad, y con la cabeza baja que simplemente levanté para ver cómo mi madre y el tío Jose estaban en el pasillo de urgencias igual de cabizbajos que yo.
Recuerdo que le pregunté a mi madre: "¿puedo entrar a decirle adiós?. "Sí, está muy malita", respondió.
No sé si decir que lo que vi sobre aquella fría cama, en aquella triste sala de hospital eras tú. No lo creo, pero esa imagen me persigue desde entonces. Recuerdo salir rápido de aquella sala, girar en el pasillo a la derecha y sentarme en el suelo, con la mente en blanco, frío, sin saber qué hacer, impasible, casi ido. Cuando alguien se me acercaba, (recuerdo a mi madre o al tío Jose que vinieron hacia mí), parecían pulsar un interruptor que me hacía colapsar y llorar a cántaros. Cuando se despegaban de mí, dejaba de llorar de modo automático.

Para luchar contra aquella imagen, contra "eso" que no eras tú comienzo a recordar otras imágenes, éstas sí que son tu fiel reflejo. Casi siempre en el pueblo, o en la silla del salón de tu casa, cerca de la ventana, con el balcón pletórico de geranios al fondo. Porque era tu casa. Siempre íbamos a casa de la abuela.
Recuerdo los bocadillos de queso "El Cigarral" con chistorra, los vestidos de tirantes que llevabas en el pueblo en verano y cómo te acariciábamos la "pancita" como si fuera una sandía. Recuerdo cómo sacabas la lengua (por llamarlo así). Recuerdo cómo y dónde te sentabas a ver los toros en las fiestas del pueblo, o bailando pasodobles agarrada al abuelo en la plaza. Recuerdo poner los brazos delante tuya como un robot para que hicieras los ovillos de lana. Recuerdo cuando nos sentábamos juntos por la mañana a ver "Dinastía". Recuerdo cuando mi madre me dejaba en casa de la abuela, porque era tu casa, para ir al colegio, y dormía entre tú y el abuelo, y cuando te sentabas en la cama para levantarte te rascaba la espalda. Recuerdo tantas cosas que extraño desde hace ya quince años...

Te recuerdo a tí, como ves. Nunca podré olvidarte.
Pero hoy he olvidado acordarme de una fecha que no quiero recordar, y eso me ha dolido.
Te quiero "abu". Te adoro "sogor", y pese a que sé que estás por aquí rondando, cuidando de todos nosotros como siempre has hecho, te echo muchísimo de menos.

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